10 de febrero de 2012
Hay veces que lo mas valioso es lo que menos vale
El Alba pasó una mañana cerca de un árbol y oyó pronunciar su nombre por tres gotas cristalinas. Se aproximo; luego posándose en el corazón de la flor, preguntó cariñosa:

-¿Qué desean de mí, gotas brillantes?

-¿Que vengas a decidir una cuestión- dijo la primera-.Somos tres gotas diferentes reunidas en diversos puntos. Queremos que digas cuál de nosotras vale más y cual es la más pura.

-Acepto; habla tú, gota brillante.

-Y la primera gota habló así: Yo vengo de las altas nubes; soy hija de los grandes mares; nací en el ancho océano. Después de andar por mil borrascas, una nube me absorbió. Fui a las alturas, donde brillan las estrellas, y de allá, rodando entre rayos, caí en la flor en la que descanso ahora. Yo represento al océano.

-Habla tú, gota brillante-dijo el Alba a la segunda.

-Yo soy el rocío que tiembla sobre los lirios; soy hermana de la Luna; soy hermana de las tinieblas que se forman en cuanto llega la noche. Yo represento al amanecer del día.

-¿Y tú? Preguntó el Alba a la más pequeña.

-Yo nada valgo.

-Habla: ¿de dónde vienes?

-De los ojos de una madre. Soy una lágrima.

-El alba entonces dijo:-Esta es la de más valor, es la más pura.-

-Pero yo fui océano...-

-¡Yo atmósfera!...

- Sí, gotas; pero esta fue corazón...


Hay veces que lo mas valioso es lo que menos vale